Da Bibliofilia (VII)
Un bibliófilo es dueño de sus libros, un bibliómano es su esclavo. Esta diferencia crucial de relacionarse con los libros marca también la frontera entre salud y enfermedad. Límite que también se atraviesa con facilidad. Todo bibliómano fue en algún momento un bibliófilo, pero su fascinación por los libros fue creciendo hasta hacerse inmanejable. Considerada por la psiquiatría como un trastorno obsesivo compulsivo la bibliomanía tiene síntomas muy concretos. La frecuencia cardiaca del bibliómano se acelera al pasar por una librería de viejo y no puede evitar comprar de manera indiscriminada libros, que por otro lado ni siquiera lee. Tampoco puede resistirse a volver a adquirir su novela preferida cada vez que se cruza con ella, aunque tenga en su poder una veintena de la misma edición. [Terra Magazine, por Mariano González Achi]
Pois, é pena não gostar de espanhol.